21 jul 2014

RAFAELILLO POR LA PUERTA GRANDE EN MONT DE MARSAN ANTE LOS MIURAS





Nos encontrábamos en Roquetas viendo la corrida de toros junto con el Club Taurino de Torre Pacheco, cuando todos nos alegramos sinceramente, al tiempo que nos fastidiaba "el hurto", al escuchar a uno de los presentes comentar que Rafaelillo estaba paseando una oreja en Mont de Marsan, tras negarse el presidente a concederle la segunda. Pero la alegría fue total cuando escuchamos a la misma persona decir que había cortado otra oreja al segundo de su lote y que saldría por a hombros por la puerta grande.
Son muchos los kilómetros que separan ambas poblaciones pero les puedo decir con toda seguridad que la alegría de los presentes fue la misma que si fuese delante de nuestros ojos la azaña de Rafaelillo ante los presentes.

La prensa taurina española narra de este modo la actuación en Francia de nuestro paisano:


  
MUNDOTORO

Rafaelillo no le volvió la cara al primero de la tarde, un toro de Miura que se dejó hacer las cosas con cierta nobleza en los primeros tercios. Ya en el tercio de muleta, el toro se quedó cada vez más corto y repuso con cada vez mayor velocidad. El torero lo muleteó con firmeza y lo pasaportó con un estoconazo fulminante. Hubo de recurrir a la tauromaquia de piernas e inteligencia frente al cuarto, una 'prenda' de Miura que estuvo siempre con el torero, que repuso buscándolo y que no sólo no humilló, sino que descolgó. Tras un molinete, el toro repuso y lo izó por los aires, infiriéndole lo que parece un puntazo en la parte posterior del muslo derecho. Tras el percance, Rafaelillo le obligó a tragarse dos series meritísimas por la dificultad que entrañaron. A pesar de pinchar, cortó una oreja que le abría la Puerta Grande.


BURLADERO

    Comenzó el paseíllo con unos minutos de retraso ya que los operarios estaban reparando el ruedo por las intensas lluvias producidas en las horas anteriores al festejo. Última de La Madeleine y de nuevo otro lleno en los tendidos para ver la corrida de Miura con tres especialistas en el hierro sevillano. No pudo lucir mucho con el capote Rafaelillo en el recibo aunque sí favoreció la embestida del toro. Dos buenos puyazos aplaudidos por la afición. Comienza de rodillas, varios muletazos con transmisión para calentar motores. Firme el murciano en las primeras series, cargando la suerte y poniendo el valor sobre la arena ante un toro complicado. Tampoco puede lucirse por el izquierdo, pero la afición corresponde el esfuerzo del torero. Soltó la cara y tiró varios derrotes al pecho de Rafaelillo. Valentísimo, por encima de todas las dificultades el matador. Gran estocada. Cae sin puntilla.

      Perfecto Rafaelillo en el recibo a la verónica del cinqueño que hizo cuarto de la tarde. Muy bien, ganando terreno y rematando con una media verónica de cartel de toros. Aplaudido con fuerza el tercio de varas. Saluda con el castoreño Esquivel y en banderillas se desmontera José Mora. El público muy metido en la faena. Muy templado en los primeros compases y mostrando siempre la pierna de salida. El torero murciano está mostrando una versión muy madura y firme. Recibe una fea voltereta en un momento de entrega en la cara del toro. Va a por la puerta grande cueste lo que cueste. Enorme por el pitón derecho. Va a más el astado de la ganadería sevillana y crece el interés de la gran faena. Pinchazo y media estocada. Tarda en caer. Hace uso del descabello. Acierta a la primera.

APLAUSOS

Rafaelillo, con dos orejas, ha sido el último gran triunfador de la Feria de la Madeleine de Mont de Marsan. El murciano arrancó a base de esfuerzo y valor una oreja de cada toro de su lote y abrió la puerta grande. Sus compañeros de terna, Fernando Robleño y Javier Castaño, fueron silenciados.
Rafaelillo cortó una oreja del primero, un miura agalgado, feo de pitones, que desarrolló sentido y un molesto calamocheo en la muleta. La labor del murciano fue un combate cuerpo a cuerpo entre el miureño y él, arrancando y cerrando la faena con muletazos y desplantes con las dos rodillas en tierra. Lo mejor de su valerosa actuación fue la estocada con la que finiquitó al toro. Espectacular, tirando al toro sin puntilla. Se le pidió con fuerza la segunda oreja.
Rafaelillo recibió al cuarto, que lució una gran arboladura, con dos largas de rodillas, buenas verónicas y una bonita media de remate. A fuerza de poderle, el murciano logró una faena que fue de menos a más, toreando bien a derechas y rematando con molinetes de rodillas. Fue volteado sin mayores consecuencias que el susto y mató de pinchazo, media tendida y descabello. Paseó la oreja al grito de ¡torero, torero!

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