En la noche
de ayer tuvo lugar en la sede del Club Taurino de Calasparra, con lleno de “no
hay billetes”, la charla-coloquio correspondiente al mes de noviembre, con la
presencia del matador de toros murciano Rafael Rubio “Rafaelillo”.
Arrancó la
tertulia con un sentido y emotivo recuerdo a las personas que en estos días nos
han dejado: La madre del vicepresidente de la Asociación Taurina el Quite, las
víctimas del fatídico accidente de la Venta del Olivo y el ganadero Pedro Merenciano,
tan vinculado a Calasparra y a este Club Taurino, al que perteneció desde su
fundación hasta su fallecimiento el pasado domingo.
Rafaelillo apuntó que
venir a Calasparra era como venir a su casa: “En este pueblo tengo a mi
ahijado, el hijo del banderillero Pascual Mellinas, mis amigos del Club Taurino
y gente que siempre me ha querido como persona, porque la persona es antes que
el torero”. Puso como ejemplo
de amistad verdadera la de nuestro presidente Francisco García: “Él nunca me ha fallado”.
Compartieron
mesa junto al torero y al presidente del Club Taurino Francisco García, el académico Marcial
García, y José Martínez (secretario). Comenzó Rafael analizando su temporada: “Ha
sido un año muy importante, después de torear 14 corridas, mayoritariamente en
plazas de primera, me queda la sensación que me han faltado seis, siete
corridas de toros”. Un 2014 marcado más por la calidad de sus
actuaciones que por la cantidad. Entre
ellas: “La corrida en Dax fue
importantísima, después de dieciséis descabellos que el
público en Francia te haga salir a dar una vuelta al ruedo significa mucho.
También lo fue Mont De Marsan y como no, el toro de Cuadri que toreé en Valencia”.
En cuanto a
las ausencias de la temporada lamentó el hecho de no haber estado en plazas
donde siempre ha sido triunfador. “Me dolió lo de Sevilla y como no, también
lo de Pamplona. Estas ausencias me dolieron en su día porque creo que debería
haber estado”.
A punto de
cumplir los veinte años de alternativa, Rafaelillo expreso que: “A
estas alturas de mi carrera puedo analizar muchas cosas y sobre todo me quedo
con las experiencias, que me han servido para forjarme en este circuito tan
complicado. Todos los días sales a jugarte la vida, y la mayoría de ellos ante
toros muy complicados de lidiar”.
A la
pregunta del tratamiento de los medios de comunicación en el circuito en el que
está el diestro del Barrio del Carmen expuso: “Lo de Mont de Marsan parecía una
broma. Creo que ha habido actuaciones merecedoras de un mejor trato. Quizá
porque ya no sea nuevo en esto. Lo que si tengo claro es que tengo
conocimientos y experiencias para dar lo mejor de mí”.
En cuanto a
sus actuaciones en Calasparra, recordó aquel toro del Conde de Mayalde: “Sin duda uno de los toros más
complicados de mi carrera, tremendo, fue a por mí aquel Día de los Santos de
2009”. También recordó como
novillero su presencia en el Día de la Región junto a Pepe Moreno y Marcos de
Rafael.
Emotivo se
mostró Rafael Rubio recordando a su familia, que tanto le ha seguido y apoyado:
“Recuerdo que mi padre quería vender la casa de la playa para ayudarme en mi carrera en
un momento difícil en el que estaba parado. Mi familia estaba de acuerdo, pero
le dije a mi padre que ni se le ocurriera. Esa casa la había ganado con sus
manos llenas de grasa peseta a peseta. Hoy seguimos yendo a la casa de la playa
y mis sobrinos y mis hijas disfrutan de ella. Esa decisión es de las cosas de
las que más orgulloso me siento”.
Con un
abrazo sincero Rafaelillo y el presidente del Club Taurino de Calasparra
concluyó la tertulia, paseando el diestro dos sacos de Arroz de Calasparra,
cosecha de 2014.
foto: Club Taurino Calasparra
foto: Club Taurino Calasparra
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